(PROYECTO CONTRACT 14)
Situado en la playa de la ciudad condal, Spora se abre al Mediterráneo en un espacio a dos niveles y una terraza. Abajo, el mosaico azul cielo de 5×5 que se extiende incluso por el frente y el sobre de la barra da la sensación de encontrarse sumergido dentro de una piscina. A su vez, el mural que decora el techo representa un elemento fundamental y de gran protagonismo en el ambiente del local: con hasta 9 gamas de azules, las líneas se combinan, delimitadas por un perfil negro, desde el techo hasta descender por las paredes y terminar en la estructura de formica negra y PVC gris que da cabida a la cocina. Las lámparas de la barra son dos bolas grandes de metacrilato transparente que cubren el núcleo luminoso hecho con boles de plástico azul y blanco, todo realizado de forma artesanal por el artista. La planta baja es en general agradable y relajante, evocando, en boca del diseñador, el interior de una pecera o de un local en Miami Beach.
La planta superior alberga una gama cromática de rosas y negros que la hacen más sofisticada. Aquí el techo también está diseñado a modo de mural, y el mobiliario opta por elementos más clásicos y piezas singulares. Esta sala ofrece fascinantes vistas al mar a través de las grandes aperturas, que más adelante ceden su lugar a un espejo de grandes dimensiones en color fucsia y que refleja la sala en tonos espectaculares.
No hay que obviar, sin embargo, la lámpara que cuelga en el hueco de la escalera y que se convierte en elemento de referencia del espacio y del proyecto en general. También obra del diseñador, esta lámpara de suspensión está hecha de forma artesanal con botellas de Solán de Cabras color azul; Pichiglás ideó el diseño con la apertura del Fonfone, de la misma propiedad que Spora y donde se consumía esta agua.